Catedral de San Vito

Catedral de San VitoLa Catedral de San Vito, Wenceslao y Adalberto es una catedral de estilo gótico cuyas obras comenzaron en el año 1344 por orden de Carlos IV. Su primer arquitecto fue el francés Mathieu d’Arras. Tras su fallecimiento Peter Parler tomó el relevo y continuó trabajando en el edificio hasta las guerras husitas. Se terminó finalmente por arquitectos y artistas de los siglo XIX y XX. Alberga joyas de la Corona y la tumba de Wenceslao IV, El rey bueno.

Es posible percibir la mezcla de estilos en elementos como el campanario, que está coronado por un remate de estilo barroco; o la bóveda gótica con su delicado abanico de nervaduras que sustentan los tres arcos góticos de la puerta Dorada. Esta puerta, situada en uno de los laterales del edificio, fue hasta el siglo XIX la entrada principal de la Catedral de San Vito. Todavía se utiliza en ocasiones especiales. Está dominada por un mosaico del Juicio Final, obra de artesanos venecianos del siglo XIV. El rosetón de la fachada oeste, donde actualmente se encuentra la entrada principal, lo diseñó Frantisek Kysela entre 1925 y 1927. Representa escenas bíblicas de la creación.

Interior de la Catedral de San Vito

En su interior vamos a poder disfrutar de diversos elementos, como por ejemplo la vidriera de Alfons Mucha. Es una de las más llamativas de la catedral y donde se representa a San Cirilo y San Metodio. También merece la pena ver el coro, construido por Peter Parler a partir de 1372. Es notable por la formidable altura de su bóveda, con el contrapunto de la intrincada tracería gótica. También podemos encontrar un panel de madera tallado, llamado «La huida de Federico del Palatinado». Describe las consecuencias de la batalla de la Montaña Blanca en 1602 a través de una representación de la Praga del siglo XVII.

Además de diversas capillas en los laterales, también podemos descender a la cripta. Allí se encuentran las tumbas reales, incluidas la de Carlos IV y sus cinco esposas; así como los vestigios de las antiguas rotonda y basílica. En último lugar, cabe destacar la Capilla de San Wenceslao. Sus muros están recubiertos de frescos góticos con escenas bíblicas y vidas de santos, entreverados con mosaicos de gemas talladas y finos dorados.

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