De Phuket a Bangkok había poco más de una hora en avión. El vuelo salía más o menos a la una de la tarde. Siendo local, no había mucha prisa por estar en el aeropuerto. Pero antes había que salvar una hora en autobús desde Kamala Beach.
El autobús llego 10 minutos antes de lo debido a la parada de la playa. Y no paró más que un segundo a recogerme. Tuve suerte porque llegué justo a tiempo. Ya en el aeropuerto de Phuket, me hice con la tarjeta de embarque. Pasé sin problemas el control de rayos y me fui a la zona de espera.
Allí, un numeroso grupo de chinos tenía alborotados a todos los pasajeros. Cuando empezamos a embarcar, se colaron, gritaron y me empujaron. Se comportaron de una manera muy maleducada. Y todo para entrar en el avión que saldría a la misma hora, sí o sí.
En Bangkok, tenía que saber cómo llegar a mi hotel. Se trataba del Lamphuhouse Bangkok, cerca del centro. La mejor opción fue coger el tren desde el aeropuerto hasta Phaya Thai. Desde ahí, tenía la opción de un autobús que no pasaba. Después de media hora esperando, me decidí por coger un tuk tuk.
De Phuket a Bangkok y de ahí al hotel. Todo había salido bien, una vez más. Ya quedaba menos para tanto trasiego. Porque reconozco que me estaba empezando a causar cierto desgaste. Tanto aeropuerto, tanto control, tanto transporte a la ciudad. Creo que con los años nos hacemos sedentarios y animales de costumbres.
Por la noche aproveché para ver Khao San road y sus alrededores. Es una zona de marcha, de tiendas y restaurantes. Se puede encontrar casi cualquier cosa. Es una zona muy apropiada para los turistas. Después de eso, me fui a dormir.
