Ahora bien, tengo claro que alguien que visita Nueva York no puede dejar de pisar su corazón, Manhattan. Evidentemente no es una ciudad pensada para gente que solo guste del arte clásico, ¿o sí? Porque una visita al Metropolitan nos hace viajar en el tiempo. Sus salas contienen objetos milenarios que pertenecieron a los griegos, a los romanos y a los egipcios. El arte moderno queda perfectamente reflejado en el MOMA y en diversas galerías de arte. No podemos dejar de visitar Central Park, el Empire State Building, la Estatua de la Libertad, Ellis Island, el barrio chino, Littel Italy, Times Square y más.
En definitiva, Nueva York es una ciudad que ofrece diversas posibilidades a quienes decidan ir de turismo. Caben las visitas culturales, caben las visitas de ocio (recordemos que allí se representan una gran cantidad de obras de teatro y musicales), caben los interminables paseos por sus calles llenas de rascacielos, las visitas a edificios tan emblemáticos como el Rockefeller Center o el edificio de las Naciones Unidas y un largo, larguísimo etcétera. Hay muchas cosas qué ver en Nueva York.