Todo comienza en 1883, cuando tras haber pasado un año desde el inicio de la construcción neogótica, se encomienda a Gaudí la terminación de la obra, que lo cambió todo improvisando a cada paso. Convertida en la obra de su vida, el genial arquitecto vivió recluido en este lugar durante 16 años. A su muerte solo se había completado una torre de la fachada de la Natividad, pero a ésta siguieron otras conforme a su proyecto original. Tras la Guerra Civil española se retomaron las obras, que siguen hoy.
Hay que destacar que en la cripta de la iglesia se encuentra enterrado Gaudí.