Cuando se añadió la estatua de Eros en 1893, su desnudo ofendió al espíritu vitoriano. Sin embargo se convirtió rápidamente en un símbolo londinense. De hecho, la figura de aluminio de Alfred Gilbert no representa a Eros como dios del amor sino al ángel de la caridad cristiana. Conmemora a Anthony Ashley Cooper, séptimo conde de Shaftesbury (1801-1885). Era un filántropo y estadista que luchó para mejorar las condiciones de los obreros.
Obtuvo tanta importancia que los primeros anuncios luminosos de Londres se encendieron aquí. Eso fue en la década de 1890, promocionando Bovril y Schweppes. Se abrieron nuevos teatros en Piccadilly Circus, incluido el subterráneo Criterion. Este teatro y su restaurante, al nivel de la calle, están decorados con mosaicos de Thomas Verity que valen la pena contemplar en persona.