Lo que más destaca de la ciudad es su centro histórico. Sus calles empedradas y adoquinadas nos transportan a una época pasada, con un claro predominio de edificios medievales, renacentistas y barrocos. Cuenta además con un importante barrio judío, pues como sucedió en muchas partes de Polonia, a lo largo de su historia acogió un gran número de judíos de todo el mundo.
Se encuentra a 3 horas en tren de la capital, Varsovia. Desde allí se puede ir a visitar el campo de concentración de Auschwitz. Es posible pasar un día en la ciudad y otro en este enorme museo de historia de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, hay que tener fuerte la mente y el corazón para visitar este lugar. Por lo tanto, es posible que haya gente que solo quiera visitar los tesoros de la ciudad.