Durante el siglo XIII se añadieron a la estructura principal un convento gótico y un panteón gótico. Se tomó como base la capilla principal. Después del terremoto de 1755, en el que se perdieron la capilla y el panteón, la catedral se reconstruyó en parte. A principios del siglo XX se acometió una importante restauración que le dio el aspecto que tiene en la actualidad. En los últimos años y gracias a varias excavaciones que han tenido lugar en la zona, se han descubierto restos romanos, árabes y medievales.
La mejor forma de llegar a la Catedral de Lisboa es a pie. Pero por allí pasa el famoso tranvía de la capital. Puedes usarlo para moverte de un modo diferente.