Se trataba del Sungthong Kamala Beach Resort, de tres estrellas. Allí iba a estar del 15 al 20 de septiembre. Así que tenía tiempo para descansar, ir a la playa, tomar el sol. Todo dependía de cómo se portara el tiempo durante esos días.
Una de las ventajas de ir en temporada baja es que apenas hay gente. Pero la gran desventaja es que el clima no suele acompañar. El encargado del hotel, o lo que fuera, se portó muy bien conmigo desde el principio. Tenía la habitación lista y no era tiempo de check in. Subí a la primera planta y dejé mis cosas allí. Iba a necesitar hacer una colada esos días en Phuket.
Me explicó el encargado que podía tener una toalla para ir a la piscina o a la playa. Porque la playa de Kamala estaba a escasos 5 minutos andando. Esa tarde no hacía buen tiempo pero igualmente me acerqué. La primera parte de la playa estaba realmente sucia. Y cuando digo sucia, me refiero a que estaba llena de plásticos y porquerías varias.
Pasé por un supermercado y compré algo para cenar. Había ido de Siem Reap a Phuket y tenía varios días de descanso por delante. Ya me quedaba menos para volver a Madrid. Para volver a mi casa. Echaba de menos muchas cosas. El 24 estaría de nuevo en España, recuperando mi ritmo de vida habitual.