Arriba, en ese techo metálico, se encuentra su mayor tesoro. Es lo que le da al edificio su marcado estilo art decó. Sus características gárgolas, tan típicas del gótico, son inconfundibles. Están recubiertas de planchas de metal que reflejan la luz del sol. Y el edificio se puede ver desde casi cualquier punto de Nueva York.
El Chrysler Building de Manhattan
El Chrysler Building de Manhattan no se puede visitar, una lástima. Como comentaba, hay quien dice que se puede entrar en el lobby. Yo tengo mis dudas porque los temas de seguridad en Estados Unidos están por las nubes. Entrar en un edificio así sin acreditación, sin invitación, no parece sencillo. No hice la prueba y no sé si alguien la ha hecho. Al menos merece la pena caminar alrededor y verlo desde abajo. Los accesos también son bonitos, parecen y son de otra época.
Por lo demás, poco se puede añadir. Quizás el día de mañana haya alguna opción de entrar y disfrutar de su interior. Seguro que no dejará indiferente a nadie.