¿Por qué no lo crucé? La razón es sencilla. No quería ver nada al otro lado. Quien tenga tiempo para visitar Brooklyn, seguro que encuentra cosas interesantes. Pero yo creo que lo mejor está en Manhattan y es donde más tiempo hay que meter. Sin embargo, no deja de ser curioso poder caminar por este puente.
El Puente de Manhattan
Yo llegué más o menos hasta un tercio del mismo. A la izquierda van pasando los trenes, haciendo mucho ruido; por encima van pasando los coches, camiones y autobuses; y a la derecha, el panorama es algo desolador. Lo sé, Nueva York no debería tener nada así. Y mucho menos Manhattan, es verdad. Pero reconozcamos que no es oro todo lo que reluce.
En su lado sur, el Puente de Manhattan tiene los límites del barrio chino. Todo podría parecer normal si no fuera porque se pueden ver los edificios junto al puente. Casi se pueden tocar. Imaginad el tren o metro o lo que sea pasando todo el día por ahí. Haciendo esa cantidad de ruido infernal las 24 horas del día. Eso es un sinvivir. Y se aprecia en las propias casas. Me pareció muy triste porque hay gente que vive ahí. Pero no soy yo quien para hacer algo en esa situación. Lo mejor es caminar y pensar que les irá bien.