Claro, hay que ir al hospital sí o sí. Porque un dengue no tratado puede causar la muerte. Y los síntomas son parecidos a los de un resfriado. Pero antes te ha tenido que picar un mosquito. Así que cogimos un jeepney, un vehículo que hace las veces de autobús de línea, y fuimos al hospital.
Yo me dejé llevar bajo la lluvia, esperaba que todo estuviera bien. Llegamos al hospital y le hicieron dos análisis de sangre. Yo me dediqué a esperar mientras ella iba de un lado para otro. Estaban poniendo las noticias en un canal de televisión filipino. Miraba atentamente a la pantalla sin entender nada de lo que decían.
Al cabo de un par de horas, los resultados estaban listos. Dieron negativo, por suerte para ella y también para mí. No obstante le mandaron medicación, para evitar riesgos. Salimos de allí y seguía lloviendo.
El primer día en Legazpi siguió en Embarcadero, donde me tomé esa foto junto al tiburón ballena de mentira. Vimos el puerto y luego fuimos a un centro comercial. Allí comimos y yo intenté comprarme unos pantalones. No encontré lo que quería, así que desistí.
No hubo tiempo para mucho más porque no dejó de llover en todo el día. Ella se fue a su casa y yo me fui al hotel a pasar el resto de la tarde. Al día siguiente tocaba una aventura.