Quizás sea recomendable no confiar mucho en las opciones de beber agua en la calle. Me refiero a agua de las fuentes de agua potable, claro está. A veces escasean, aunque en general había al menos una en cada parque. No hace falta recordar que Manhattan en particular es un lugar muy caro. Conviene comprar lo justo y necesario para sobrevivir.
El caso es que comenzaba mi aventura en la calle 47. Como ya dije, me alojé en el el YMCA Vanderbilt. Aposté por hacer el recorrido a través de la quinta avenida. Es seguramente la más famosa del mundo. El segundo día en Nueva York empezaba con sol después de las lluvias. Mejor para tomar buenas fotografías de todos los lugares.
Segundo día en Nueva York
¿Qué es lo que uno espera ver por el camino? De todo, porque así es Nueva York. Edificios altos por todas partes; muchas tiendas de todo tipo; puestos de comida callejera; gente caminando a toda velocidad hacia o desde su trabajo; coches y más coches; mucho ajetreo pero tampoco mucho ruido. Aseguro que he visitado ciudades mucho más ruidosas, como Hanoi.
Ese día caminé 25 kilómetros entre la ida y la vuelta. Terminé verdaderamente cansado. No solo por caminar tanto, también por el calor y la humedad. Ahora bien, mereció la pena desde el primer metro. Y sin duda alguna es lo que aconsejo desde este humilde blog. Caminad todo lo que podáis.