Día 2. Miami: South Beach, Downtown y Little Havana.

Día 2. Miami: South Beach, Downtown y Little Havana.Día 2. Miami: South Beach, Downtown y Little Havana. Nuestro primer día completo en este nuevo viaje por Estados Unidos lo íbamos a aprovechar para visitar Miami y ver todo lo posible de esta ciudad. Así que después de desayunar en la habitación del hotel y prepararnos un poco para pasar algo de calor, bajamos a la calle y nos fuimos a la cercana parada del autobús.

Cogimos nuevamente el 120, la línea que recorre buena parte de Collins Avenue, y llegamos hasta South Beach. Es la zona situada más al sur de Miami Beach, una isla alargada que sirve de barrera para la ciudad de Miami. Paramos en la calle 17 y desde allí anduvimos escasos minutos hasta llegar a nuestro primer destino, Lincoln Road Mall. Es una peculiar calle que, en cierto modo, han convertido en un centro comercial al aire libre. Resulta que buena parte de su recorrido es peatonal, lo que facilitó en su momento la instalación de tiendas de todo tipo. También se instalaron terrazas para bares, cafeterías y restaurantes.

Merece la pena dar un paseo por esta zona, donde podremos incluso encontrar cosas interesantes. Por ejemplo, el edificio Van Dyke, que sobresale por encima de los demás y que en origen fue un hotel. Sin embargo, como nuestro objetivo no era comprar nada, entre otras cosas porque los precios en esa calle son altos, al llegar a Jefferson Avenue comenzamos a caminar hacia el sur. Después de atravesar 3 calles, llegamos hasta Española Way. Es una calle que en ese primer punto era residencial. A medida que avanzábamos hacia Washington Avenue cambiaba de decoración. Llegamos a un punto en el que la calle se convertía en peatonal. Los bajos de los edificios de la zona, cada vez de más alturas aunque sin ser nada excesivo, empezaban a llenarse de bares, cafeterías y tiendas de ropa y complementos, principalmente.

Día 2. Miami: South Beach, Downtown y Little Havana.

Allí fue donde encontramos el Café Barcelona, algo que le llamó la atención a mi amiga. Ella vivía en la ciudad condal por aquel entonces. A pesar de que el día se estaba poniendo algo feo, continuamos nuestro camino. Llegamos nuevamente hasta Collins Avenue para subir después hasta la calle 15, girar a la derecha y llegar a Ocean Drive. Antes de dar un paseo por una de las calles más famosas de Miami, y a pesar de hacer un día algo lluvioso y bastante nublado, como el día anterior no habíamos tenido la oportunidad de pisar la playa, no pudimos privarnos de ese placer en ese momento.

Vimos el cielo nublado la mayoría de los días que estuvimos en Florida, quizás alternando claros con nubes. Pero nos llovió mucho y apenas vimos el sol durante más de 1 hora seguida. Sin embargo, la visita a la playa me encantó, especialmente porque fue como adentrarse, una vez más, en una película de Hollywood o en una serie de televisión como CSI Miami. Con esas playas tan largas y las casetas de los vigilantes. Tras dar un breve paseo por la arena, volvimos nuevamente a Ocean Drive para dar un tranquilo paseo por esta transitada calle de Miami Beach.

Y es que cuando uno llega a esta calle que separa la playa de los edificios más emblemáticos de Miami, siente que le han transportado en el tiempo a la década de los 50. Aunque el distrito Art Decó de la ciudad no está exclusivamente en Ocean Drive, es aquí donde encontraremos la mayor concentración de edificios de este peculiar estilo arquitectónico. Uno de los primeros edificios que pudimos ver fue el hotel McAlpin. Actualmente pertenece a la cadena hotelera Hilton y que se construyó en la década de los 40. Y son muchos los edificios como éste, la mayoría de ellos hoteles renovados recientemente.

Paseando por Ocean Drive

Un poco más adelante nos encontramos con el hotel Colony. Otro pequeño hotel de estilo Art Decó renovado en 2005. Aparece en muchas de las fotografías nocturnas de esta calle de Miami por su colorido neón azul de la fachada exterior. Después de un rato caminando, llegamos hasta el cruce con la calle 5. Giramos a la derecha en dirección opuesta a la playa y cruzamos nuevamente Collins Avenue. Llegamos al cruce con Washington Avenue, donde se encuentra el China Grill. Es el edificio que, según algunos, más fotografían los turistas que visitan la ciudad de Miami. Sin duda alguna, es llamativo tanto por sus formas como por su colorido tan heterogéneo. Y afortunadamente la parada del autobús estaba justo delante de este edificio. Así que esperamos a que apareciese, nuevamente, el 120, que nos llevaría hasta el Downtown de Miami.

Después de atravesar las aguas que separan Miami Beach del Downtown a través de la MacArthur Causeway, el autobús paró en la parada de Omnitert. Allí comenzaba la siguiente parte de nuestro recorrido. El objetivo de llegar hasta esa parada no era otro que usar el Metromover. Es un sistema de transporte gratuito que se sirve de un monorrail que recorre el distrito financiero de Miami y algunas zonas cercanas. Así que subimos las escaleras de Omni Metromover Station, situada a 5 metros de Omnitert. Esperamos a que llegara nuestro tren. Es importante aclarar que existen 3 líneas de Metromover, que se pueden consultar en este mapa, y nosotros estábamos en una parada de la línea Omni Loop, que llega hasta el Downtown, da la vuelta como si de un cuadrado se tratase y vuelve al punto de origen.

Así que comenzamos nuestro recorrido pasando entre todos esos rascacielos llenos de oficinas y de apartamentos hasta llegar a la parada que habíamos pensado que mejor nos vendría: Knight Center Station. Es decir, justo debajo de la Torre Miami. Es una de las más altas y representativas de la ciudad por sus diferentes colores cuando se ilumina por la noche. Salimos a la calle por el James L. Knight Center y llegamos a la SE 2nd Avenue. En aquellos momentos estaban todavía levantando el Met 2 Financial Center.

Llegamos a Bayfront Park

Continuamos caminando hasta llegar al Bayfront Park. Es un pequeño parque ganado al mar. Allí se pueden encontrar varias cosas interesantes, como una estatua de Cristóbal Colón y el Bayside Marketplace. Es un peculiar centro comercial en el que podremos encontrar todo tipo de tiendas. También es un buen sitio para poder comprar recuerdos de nuestra visita a Miami. De hecho, ahí encontramos un vendedor de los que parece que solo existen en las películas. De unos 30 años pero caracterizado como si tuviera algunos más, en un puesto ambulante muy pequeño. Vendía artilugios para masajes. La verdad es que fue divertido el breve encuentro que tuvimos con él.

Salimos del Bayside Marketplace por Port Blvd. justo delante del American Airlines Arena. En la otra acera estaba la Freedom Tower. Es un edificio que resalta porque está enclavado en una zona moderna de la ciudad, con grandes rascacielos. Su construcción se remonta a 1924 y, según parece, basándose en la Giralda de Sevilla. La pena fue encontrarlo en pleno proceso de restauración. Parece que estuvo abandonado durante muchos años hasta que un empresario lo compró y decidió dejarlo como nuevo. Desde allí fuimos caminando hasta la cercana estación de Freedom Tower. Cogimos de nuevo el Metromover en dirección a Government Center Station. Allí hicimos cambio de línea, cogimos la Brickell Loop y llegamos hasta la Eighth Street Station. Bajamos y comenzamos a caminar por la calle 8, que nos llevaría directamente hasta Little Havana, el último destino del día.

Estuvimos pensando en la posibilidad de usar un autobús que nos llevase hasta algún lugar dentro de Little Havana. Pero yo soy de los que cree que las ciudades se ven y se disfrutan más andando por las calles. No subido a un autobús y mucho menos aún bajo tierra. Obviamente algunas distancias son insalvables, pero en este caso caminamos durante una hora por la calle 8 hasta llegar a la 22nd Avenue.

Y la verdad es que en cierto modo fue cambiar radicalmente de paisaje y parecía que hasta de ciudad. Después de ver el distrito financiero con sus altos y modernos rascacielos, llegamos a una zona de casas bajas. Allí predominaba claramente el español, nuestro idioma. Digamos que no hay muchas cosas que ver, pero sí merece dar un paseo por la zona. Conocer una forma de vida distinta a la que se tiene en la zona rica de la ciudad o incluso en la playa.

Terminando el día 2 por Miami

Entre las cosas que vimos, además de restaurantes, bares y cafeterías de todo tipo; además de tiendas de ropa y otros servicios, yo destacaría dos principalmente: la primera es el monumento a los héroes de Cuba, situado en un pequeño parque junto a la calle 8 y que rinde homenaje a los héroes de la invasión de Bahía Cochinos; la segunda es el parque Máximo Gómez, un pequeño lugar de reunión para la comunidad cubana de Miami. La gente puede jugar al ajedrez o al dominó mientras debate sobre cuestiones de la vida.

Cuando vimos que se empezaba a hacer tarde y que debíamos empezar a pensar en volver, dimos media vuelta y regresamos por la calle 8 hasta la parada del Metromover. Teníamos que deshacer el camino hasta Omni Metromover Station. Allí debíamos coger el 120 para que nos dejase enfrente del hotel. Sin embargo, tuvimos un pequeño problema. El dichoso 120 no terminó de aparecer, y después de más de 30 minutos esperando cogimos otra línea. Ésta nos dejó en Miami Beach pero a unos 30 minutos andando hasta el hotel. A pesar de seguir teniendo la intención de disfrutar de la playa durante algún día, el mal tiempo que hacía nos obligó a desistir nuevamente. Al día siguiente teníamos que coger el coche para ir a Orlando, nuestra siguiente parada en el camino.

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