Torre AGBAR

Torre Agbar La Torre AGBAR es un rascacielos de Barcelona que tiene 34 plantas sobre la superficie además de cuatro plantas subterráneas para un total de 145 metros de altura, convirtiéndose, en el momento de su apertura (junio de 2005) en el tercer edificio más alto de la capital catalana. Lo inauguraron oficialmente los reyes de España el 16 de septiembre de 2005. Tuvo un coste de 130 millones de euros.

Su propietario es el grupo multinacional Agbar (Aguas de Barcelona) que tiene su sede corporativa en el mismo. Ocupa la mayoría de sus plantas, destinando el resto a alquiler. La torre la diseñó el arquitecto francés Jean Nouvel en colaboración con la firma b720 Arquitectos. La construcción, según explicó el propio Nouvel, se vio fuertemente influenciada por alguno de los símbolos más representativos de la cultura catalana.

El proceso de construcción de la Torre AGBAR lo llevó a cabo la empresa Dragados. Se alargó durante cerca de 6 años desde que a mediados de 1999 se iniciaron las actividades para el acondicionamiento del solar que habría de acoger el edificio hasta principios de 2005 en que se dio por finalizada la obra.

Características de la Torre AGBAR

La Torre Agbar destaca por su fachada de vidrio, compuesta por más de 4.500 paneles de colores que cambian con la luz del día. Crean un espectáculo visual impresionante, especialmente durante la noche cuando se ilumina con luces LED. La estructura está diseñada para resistir los fuertes vientos y está equipada con un sistema de ventilación natural. Éste ayuda a regular la temperatura interior, haciendo de este edificio un ejemplo de sostenibilidad.

Originalmente, la Torre Agbar fue construida como la sede de Aguas de Barcelona, pero actualmente alberga oficinas y espacios de trabajo. Su diseño innovador no solo proporciona un espacio funcional, sino que también enriquece el paisaje urbano de Barcelona, sirviendo como un punto de referencia tanto para locales como para turistas.

Aunque la torre no está abierta al público en general, se pueden disfrutar de las vistas desde el exterior, especialmente en el Parque de los Tres Chanchullos, que ofrece un excelente ángulo para fotografiar el edificio. La cercanía a otras atracciones turísticas, como la Plaza de las Glorias, convierte a la Torre Agbar en una parada obligatoria para quienes desean explorar el lado moderno de Barcelona.

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