La Sagrada Familia es seguramente la iglesia menos convencional que podamos encontrar en Europa. El Temple Expiatori de la Sagrada Familia es el emblema de Barcelona. La obra del gran arquitecto Gaudí aún está inacabada y sin una fecha clara para la finalización de las obras. Está repleta de un gran simbolismo inspirado por la naturaleza que persigue la originalidad a toda costa.
Todo comienza en 1883, cuando tras haber pasado un año desde el inicio de la construcción neogótica, se encomienda a Gaudí la terminación de la obra, que lo cambió todo improvisando a cada paso. Convertida en la obra de su vida, el genial arquitecto vivió recluido en este lugar durante 16 años. A su muerte solo se había completado una torre de la fachada de la Natividad, pero a ésta siguieron otras conforme a su proyecto original. Tras la Guerra Civil española se retomaron las obras, que siguen hoy. Hay que destacar que en la cripta de la iglesia se encuentra enterrado Gaudí.
Características Arquitectónicas de la Sagrada Familia
El diseño de la Sagrada Familia destaca por sus formas orgánicas y su rica simbología religiosa. La basílica cuenta con tres fachadas principales: la Natividad, la Pasión y la Gloria, cada una representando diferentes aspectos de la vida de Jesucristo. La Sagrada Familia también es famosa por sus columnas en forma de árbol y sus impresionantes vitrales, que inundan el interior de luz natural y color, creando una atmósfera espiritual única.
Al visitar la Sagrada Familia, no te pierdas la oportunidad de explorar su interior. La basílica alberga un museo que exhibe maquetas, dibujos y otros documentos relacionados con su construcción. La experiencia de estar dentro de esta obra maestra arquitectónica es indescriptible, con su impresionante techo y la maravilla de sus detalles.
Para obtener más información sobre horarios, entradas y recomendaciones para tu visita, consulta la página oficial aquí.