Estuve en Venezuela en julio de 2004. Me pareció un viaje inolvidable y un país espectacular. En los pocos días que pasé allí me gustó el clima, el calor de la gente, los paisajes naturales, la forma de vida y muchas cosas más. Sin embargo, tengo que aclarar que no es un país fácil para los turistas. Eso es algo que reconoce la gente que vive allí.
Está claro que los niveles de inseguridad son altos y que un turista no puede moverse por donde quiera ni a la hora que quiera. Yo tuve la suerte de ir allí conociendo gente de Venezuela que me ayudó en todo momento. No me dejaron solo ni un solo momento, lo cual es toda una ventaja.
La mayor parte del tiempo estuve en Valencia, estado de Carabobo, al oeste de la capital, Caracas. La ciudad en sí no tiene mucho que visitar salvo la plaza de Simón Bolívar, donde está la catedral. Sin embargo es una ciudad llena de gente joven porque al norte se encuentra situada la universidad del estado, en Naguanagua. El ambiente que se vive por la zona es bastante agradable.
Visitar Venezuela
Además de esta ciudad, tuve la oportunidad de conocer un lugar bastante idílico conocido como Isla Larga; y otro lleno de cayos conocido como Chichiriviche. En ambos lugares la presencia del mar Caribe es la clave. Es ahí donde se puede disfrutar de otra parte increíble del país: sus playas.
Mi consejo es ir allí y conocer todas las maravillas que ofrece el país, desde el Salto del Ángel hasta el lago Maracaibo, pero siempre con excursiones previamente contratadas o conociendo a alguien del país que conozca bien el entorno por el que se mueve.
He de decir que me dolió volver a España tan pronto, apenas 10 días después de mi llegada. Y me arrepiento de no haber pasado algún día más, porque creo que pude hacerlo. Sin embargo no se puede cambiar el tiempo vivido ni pasado.