Día 1. Soho y Westminster.

Día 1. Soho y Westminster.Día 1. Soho y Westminster. El primer viaje que hice al extranjero con un amigo, sin mi familia, tuvo como destino Londres. Es una ciudad enorme donde el idioma hablado es el inglés y donde las distancias entre lugares son gigantescas. Quizás no fuese el mejor destino para un joven principiante como yo. Sin embargo, siempre guardaré un recuerdo especial de aquel breve fin de semana de marzo de 2003.

Fui con un amigo para visitar a otro amigo que en esa época estaba trabajando en Londres y nos podía ofrecer un espacio en el salón de su casa compartida. Lo primero que hicimos fue ver el tema de los billetes de avión. Estuvimos en una agencia de viajes del centro de Madrid y vimos que había una oferta interesante para volar con British Midlands (actual BMI) por unos 60 euros. La idea era ir un viernes, aprovechar lo máximo de la tarde, el sábado entero y salir el domingo bien pronto. Así que, aunque no fuéramos a pasar mucho tiempo en la ciudad, no podíamos desaprovechar una oportunidad así.

Salimos el viernes del aeropuerto de Madrid-Barajas con destino a Londres-Gatwick. Llegamos allí antes de las 5 de la tarde, lo cual da una idea del poco tiempo que íbamos a tener para ver algo ese día. Además, estando en pleno mes de marzo, pues la noche se nos echaba encima bastante pronto. Fuimos en tren desde la estación del aeropuerto de Gatwick (está situado a las afueras de Londres) hasta la estación de Paddington. Allí cogimos la línea marrón (Bakerloo) hasta la cercana estación de Edgware Road. Desde allí caminamos unos 5 minutos en dirección a Church Street. Llegamos a casa de nuestro amigo, que en esos momentos estaba trabajando y no pudimos verle. Pero había alguien que nos abrió para que pudiéramos dejar nuestras pequeñas maletas. Así que, sin perder tiempo, cogimos nuestras cámaras digitales y salimos a la calle.

Día 1. Soho y Westminster.

Lo primero que tengo que decir es que no hacía mucho frío. No estaba el tiempo como para ir en camiseta pero tampoco hacía falta abrigarse hasta las orejas. Eso sí, estaba nublado, algo típico allí. Fuimos andando por Edgware Road en dirección a Hyde Park, que es donde la calle empieza. Ahí giramos a la izquierda y fuimos por Oxford Street hasta llegar al cruce con Regent Street. Giramos a la derecha y nos encaminamos hacia uno de nuestros primeros destinos: Piccadilly Circus.

A pesar de no ser una plaza excesivamente grande, sí es muy llamativa tanto por los carteles luminosos que inundan algunos de los edificios que dan forma al lugar como por la famosa estatua de Eros situada en el centro. Como ya empezaba a oscurecer y apenas habían pasado las 6 de la tarde, seguimos nuestro camino por Regent Street en dirección a la zona de Westminster.

Lo primero que vimos en el camino que nos llevó a este céntrico barrio londinense fue la Plaza de Waterloo. Allí es donde se encuentra la Columna del duque de York. Un poco más adelante, llegamos hasta uno de los accesos que hay a St. James Park. Es uno de los parques más famosos que hay en Londres. A nuestra izquierda quedaba el Arco del Almirantazgo. Continuando por Horse Guards Road pudimos ver el imponente edificio en el que se encuentra el Museo de la Casa de la Caballería. Justo antes de llegar a Great George Street, pudimos ver por fuera el museo de Cabinet War Rooms. Dentro del mismo uno puede hacerse una clara idea de cómo era la vida en los búnkeres durante la guerra.

Abadía de Westminster

En definitiva, todo eso quería decir que ya habíamos llegado a Westminster. Y uno no puede permitirse el lujo de estar en ese barrio y no ver la abadía, aunque sea por fuera. Llegamos tarde y no pudimos verla por dentro. La verdad es que por fuera apenas se podían ver las sombras, pero no podíamos hacer otra cosa. Lo que sí estaba mejor iluminado era el cercano Big Ben, el famoso reloj de Londres. Se encuentra adyacente al Parlamento. A partir de aquí, y para nuestra desgracia, todas las fotos que hicimos eran manchas negras. Por este motivo no pondré más fotos de este primer día.

Y es que nuestro recorrido no había terminado aquí, porque dimos una vuelta al Parlamento y llegamos hasta el Lambeth Bridge, un poquito más al sur, y cruzamos sobre el río Támesis para ver el conjunto del Palacio de Westminster y el Big Ben desde la otra orilla. Continuamos hasta Westminster Bridge, cruzamos el puente y comenzamos nuestro camino de regreso, aunque esta vez pasamos por Trafalgar Square en vez de por la Plaza de Waterloo. Y como buenos turistas, llegamos hasta la casa de nuestro amigo a pie. Nos esperaba una difícil noche en el salón de su casa, pues dormir con personas que roncan no es nada bueno.

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