El Teatro Real de Madrid se construyó en 1850 en el mismo emplazamiento en el que se levantaba el antiguo teatro de los Caños. Su construcción comenzó en 1818, en tiempos de Fernando VII, y lo inauguró su hija Isabel II. Fueron dos arquitectos los que intervinieron en la construcción del Teatro Real. Antonio López Aguado hasta 1831, cuando falleció, y Custodio Teodoro Moreno, hasta su finalización en 1850.
Del proyecto original de López Aguado solo vieron la luz: la parte interior del edificio, que da a la Plaza de la Ópera; y las fachadas laterales. La principal, que mira a la Plaza de Oriente, la diseñó Isidro González Velázquez. Modificada con la superposición de un piso sobre los soportales originales por Joaquín de la Concha en 1884, vio cómo se reducía su gran terraza que miraba al Palacio Real. Llama la atención su planta poligonal, marcada por la disposición de las calles entre las que se construyó el edificio.
El proyecto sufrió sucesivas modificaciones con el paso del tiempo debido al gran lapsus de tiempo entre el inicio y el fin de las obras. También por falta de medios económicos que sufrió el reinado de Fernando VII. Después de haber pasado también por varios usos a lo largo de su historia, desde 1997 funciona como lo que realmente es y para lo que se concibió desde un principio.
Visitar el Teatro Real de Madrid
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