Día 2. Midtown Manhattan. El segundo día en Nueva York iba a transcurrir por las calles y edificios del Midtown de Manhattan. Esa es la zona donde seguramente se concentran mayor número de rascacielos en toda la ciudad. Algunos de ellos están cercanos al siglo de vida. La ventaja que yo tuve es que mi hotel estaba en la calle 47. Estaba muy cerca de la Segunda Avenida, así que se podía hacer el recorrido a pie.
Para empezar bien el recorrido, lo primero que se puede visitar es el cercano edificio de las Naciones Unidas. Está situado en la Primera Avenida. Su interior se puede ver de manera gratuita aunque tan solo una pequeña parte en comparación con la visita guiada. Una vez hayamos terminado, lo mejor es dirigirse hacia la calle 42. Desde allí hay que caminar en dirección oeste. Es la única dirección posible puesto que al este terminamos en el East River.
Uno de los primeros edificios que vamos a ver y que destaca especialmente por su altura y por su peculiar diseño art decó es el edificio Chrysler. En su interior se puede entrar pero solo para ver el lobby, no es posible ir más arriba. Un poco más adelante encontraremos otro de los edificios más llamativos de Nueva York. Es una espectacular estación de tren conocida como Grand Central Terminal. Su decoración interior llama la atención de propios y extraños. Sin duda alguna merece la pena entrar entre el bullicio de gente y, una vez dentro, levantar la cabeza y mirar el techo del edificio. Seguramente más de uno y más de una se quedará con la boca abierta.
Día 2. Midtown Manhattan.
Siguiendo por la calle 42 llegamos hasta el cruce con la famosa Quinta avenida. Allí se encuentran el Bryant Park y la Librería Pública de Nueva York. Ahí giramos hacia la izquierda, en dirección al sur, hacia esa mole de casi 400 metros de altura que se impone sobre el resto de edificios de la zona: el Empire State Building. Como ya he comentado en la propia ficha del edificio, se puede visitar tanto de día como de noche. Puede ser recomendable subir en ambos momentos del día pues la ciudad, lógicamente, cambia radicalmente entre un momento y otro. Eso sí, hay que tener en cuenta que el precio no es bajo.
También se puede subir al ‘Top of the Rock’, en el Rockefeller Center, en un momento del día y al ESB en otro momento del día, eso depende de cada uno. En cualquier caso, hay que subir a la cima del ESB y disfrutar durante largo rato de las vistas que se nos ofrecen. Estamos ante uno de los miradores artificiales más altos del mundo. Sin embargo, Nueva York es Nueva York, todo es especial allí. Ver desde esa altura sitios como Times Square, el distrito financiero, Central Park o los puentes que cruzan la ciudad por encima de los ríos es sencillamente espectacular.
Una vez hayamos bajado, se puede continuar el recorrido hacia el sur por la Quinta avenida. Llegamos al edificio Flatiron. Es una peculiar construcción por su forma de cuña pero que con el tiempo alcanzó una gran fama que aún perdura. Desde ahí se puede coger Broadway pero en dirección noroeste, volviendo nuevamente hacia el Midtown. Al llegar a la calle 31 se puede girar a la izquierda. Tras dejar a nuestra derecha la peculiar iglesia de San Francisco de Asís, estaremos muy cerca del mítico Madison Square Garden.
Llegando a la plaza más famosa
Habrá quien quiera disfrutar allí de un partido de baloncesto o de otro espectáculo. Por ejemplo, una velada de boxeo o una noche de lucha libre (wrestling). Si no hay tiempo, se puede continuar hasta la Novena Avenida, girar en dirección norte y avanzar hasta la calle 42. En ese punto, se gira a la derecha y se camina hacia Times Square.
Poco antes de llegar a la bulliciosa plaza, y en la acera de la derecha según avanzamos, encontraremos el museo de cera Madame Tussauds. Un poquito más adelante ya estaremos en la plaza de Times Square, hacia el norte de la calle 42 y hasta la calle 47. Comprende el cruce de la Séptima avenida con Broadway. Sin lugar a dudas, es un sitio totalmente diferente a todo lo que podamos ver en cualquier ciudad del mundo. Es una plaza rodeada de altos edificios, de tiendas, de teatros, de cafeterías y especialmente de paneles llenos de luz, de neones y de carteles publicitarios.
Es muy aconsejable visitar la plaza tanto de día como de noche. Continuando con la visita desde este punto, si vamos por el norte llegamos hasta la calle 49. Ahí giramos hacia la izquierda en dirección este. Así llegaremos al conjunto de edificios que conforman el Rockefeller Center. Es una especie de mini ciudad dentro de Manhattan. Destacan la pequeña plaza en la que, durante la época navideña, se instala el famoso abeto y la pista de patinaje sobre hielo; así como el edificio que alberga el ‘Top of the Rock’ y las esculturas al aire libre.
Finalizando el día 2
Muy cerca, en la Quinta Avenida con la calle 50, encontraremos otro icono de Nueva York: la catedral de San Patricio. Es un edificio de estilo neogótico que llama la atención entre tantos rascacielos. Se puede entrar y ver el interior. Una vez fuera, yendo por la Quinta Avenida hacia el norte, llegaremos al cruce con la calle 59 y Central Park Street. Es la continuación de la anterior calle mientras va paralela al parque.
Una vez lleguemos a Central Park, merece la pena entrar y dar un largo paseo por sus caminos y sus jardines; salir del bullicio de Nueva York, de sus calles atestadas de gente y de coches; y respirar un poco de paz y tranquilidad. Hay que tener en cuenta que es un parque muy grande, especialmente es muy largo. Así que se puede ver la zona más pegada al sur e iniciar el camino de regreso. Y es que el día no da para más. Se puede regresar al punto de partida volviendo por Park Avenue y Lexington Avenue hasta llegar a la calle 47.