Piccadilly Circus es la cuna de la diversión del Soho, un área pequeña del Londres urbano separada del río Támesis y de los parques con pocos edificios públicos importantes. Esta plaza tan céntrica la proyectó John Nash en 1819. Era parte del sueño del príncipe regente de unir Carlton House y con Regent’s Park. Este bullicioso cruce de calles se transformó al construirse Shaftesbury Avenue en la década de 1880.
Cuando se añadió la estatua de Eros en 1893, su desnudo ofendió al espíritu vitoriano. Sin embargo se convirtió rápidamente en un símbolo londinense. De hecho, la figura de aluminio de Alfred Gilbert no representa a Eros como dios del amor sino al ángel de la caridad cristiana. Conmemora a Anthony Ashley Cooper, séptimo conde de Shaftesbury (1801-1885). Era un filántropo y estadista que luchó para mejorar las condiciones de los obreros.
Obtuvo tanta importancia que los primeros anuncios luminosos de Londres se encendieron aquí. Eso fue en la década de 1890, promocionando Bovril y Schweppes. Se abrieron nuevos teatros en Piccadilly Circus, incluido el subterráneo Criterion. Este teatro y su restaurante, al nivel de la calle, están decorados con mosaicos de Thomas Verity que valen la pena contemplar en persona.
Piccadilly Circus
Uno de los elementos más reconocibles de la plaza es la Fuente de Eros, una escultura que suele ser punto de referencia para quedar. Aunque comúnmente se la conoce como Eros, en realidad representa a Anteros, el dios griego del amor correspondido, lo que añade un toque romántico a este animado lugar. A su alrededor, verás a personas de todo el mundo admirando el ambiente y tomándose fotos con la estatua y las luces de fondo.
Tanto de día como de noche, Piccadilly Circus tiene un ambiente único que captura el espíritu cosmopolita de Londres. Es un lugar imprescindible para quienes desean experimentar la energía y el dinamismo de la ciudad, además de ser un excelente punto de partida para explorar otras atracciones del West End.