Francia es el país en el que más veces he estado después de España. La primera vez que pisé el país galo fue en enero de 1994, cuando fuimos toda la familia al parque Eurodisney (actualmente conocido como Disneyland París) y aprovechamos un día para visitar la ciudad de París. Pocos meses más tarde, con la excursión de fin de curso del colegio, pasamos por Francia para llegar hasta Italia. Aunque apenas pudimos ver Montecarlo desde la autopista y dar un paseo con el autobús por Niza.
La tercera vez fue en diciembre de 1999, cuando nuevamente con toda la familia fuimos a París para repetir la experiencia que tuvimos 5 años antes, pasando un tiempo en Disneyland París y otro tiempo en la ciudad. La última vez que visité el país vecino fue en junio de 2006, viaje del que más recuerdos guardo por haber sido el más cercano de todos. El destino elegido fue, nuevamente, la capital.
Visitar Francia
Aunque la mayoría de la gente solo piensa en la capital, el país galo ofrece mucho más. Desde las costas del sur, pegadas al Mar Mediterráneo; a ciudades antiguas de gran belleza con enormes catedrales góticas. También hay multitud de parques temáticos famosos en todo el mundo así como una gran naturaleza en todos sus puntos cardinales.
Francia es un país con una gran historia detrás, como tantos otros países de Europa. Desde la época romana hasta nuestros días, han pasado allí multitud de eventos. Castillos medievales, fortificaciones de la Segunda Guerra Mundial y grandes palacios. Da igual la zona del país que elijamos, porque vamos a disfrutar mucho.
Y para los más aventureros, se puede ir a Francia más allá de Europa. Imagina poder visitar los territorios de ultramar, islas paradisíacas en mitad del océano. Hablamos de lugares tan famosos como Tahití, Reunión o Guadalupe. Espacios ideales para los amantes de la playa y del submarinismo.