Día 5. Magic Kingdom, Orlando

Día 5. Magic Kingdom, OrlandoDía 5. Magic Kingdom, Orlando. El quinto día de nuestro viaje por Florida lo íbamos a dedicar, principalmente, a visitar Magic Kingdom. Como iba a ser nuestro último día en Orlando, después de desayunar recogimos todas nuestras cosas. Las metimos en el coche, porque lo íbamos a necesitar no solo para llegar al parque temático sino también para ir luego hasta nuestro próximo destino, Boca Ratón.

Desde donde estábamos apenas tardamos 15 minutos en llegar al parking de Magic Kingdom. Es un enorme sitio en el que dejar miles de coches aparcados y desde el que, curiosamente, no se puede llegar andando hasta la entrada del parque temático. En primer lugar, y al estar muy lejos incluso de la estación del monorrail que recorre el conjunto de parques temáticos y hoteles, cogimos un trenecito que pululaba por la zona del parking y que acercaba a la gente hasta la estación del monorrail. Antes de poder subirnos, tuvimos que canjear nuestro código de barras imprimido en casa por las entradas a Magic Kingdom. Luego pudimos usar este peculiar medio de transporte.

Tengo que aclarar que Magic Kingdom, básicamente, se trata del parque temático de Walt Disney por excelencia, el mismo que podemos ver en París, por ejemplo. Incluso con una distribución similar y con unas atracciones casi idénticas. Sin embargo, Magic Kingdom forma parte de algo más grande: Walt Disney World Resort. Allí podremos encontrar diversos parques temáticos, varios complejos hoteleros, campos de golf y muchas otras cosas para poder pasar unas vacaciones diferentes. Eso me lleva a comentar una cosa importante. Quienes hayan estado en otro parque temático de Walt Disney en el mundo, como el de París, en el que estuve en 2 ocasiones, no deberían visitar este porque no hay diferencias, y creo que es más aconsejable visitar Disney’s Hollywood Studios o Disney’s Animal Kingdom.

Una vez llegamos a la entrada principal de Magic Kingdom, lo primero que hicimos fue, cómo no, conseguir un mapa. Nos hicimos un poco el plan del día, sabiendo a qué hora teníamos que salir del parque temático hacia Boca Ratón y también la hora a la que habíamos llegado, las atracciones que teníamos que ver… Sin embargo, cometimos el mismo error al que ya hice referencia en los anteriores parques, y es que debimos haber comprado el Disney’s Fastpass.

Además, en este parque temático me pareció más necesario porque había mucha más gente en los otros, y eso se notó especialmente a la hora de hacer cola para entrar en las diferentes atracciones. Pero como digo, es difícil hacer un viaje perfecto y por eso es bueno aprender de los errores de los demás. Al final, el gasto por estas entradas rápidas se compensa por el tiempo que no gastamos esperando y es poco gasto comparado con el gasto final del viaje.

Lo primero que pudimos ver fue Main Street USA. Es una calle que parte desde la zona de la entrada al parque, justo pasada la estación del tren a vapor. Llega hasta la plaza donde está la estatua de Walt Disney y Mickey Mouse. Ésta marca el inicio de los caminos hacia las diversas zonas en que se encuentra dividido el parque. Es una calle que, tal vez, podríamos encontrar una ciudad como Nueva Orleans, en Estados Unidos. Lo digo por los edificios que hay a ambos lados. En suos bajos vamos a poder encontrar todo tipo de tiendas, bares y cafeterías. Una vez llegamos a la plaza centra, nos dirigimos hacia la izquierda, hacia Adventureland.

Al ser el primero de los territorios que visitamos y al haber llegado poco después de la apertura del parque, todavía no encontramos unas colas demasiado largas y desesperantes. En primer lugar, subimos a la casa de los Robinson. Es una recreación de la casa-árbol en la que vivió esta familia suiza de ficción creada por los estudios Disney en 1960. Se basaron en la historia de Johann Wyss. Después de subir por el árbol y ver toda la casa, bajamos a tierra de nuevo. Nos acercamos hasta la siguiente atracción que había en la zona: Jungle Cruise. Este peculiar crucero por la jungla, que se demoró bastante por culpa de las largas colas, nos llevó por un río a través de peligrosos bosques. Vimos animales salvajes y lugareños con pocas ganas de darnos la bienvenida.

Se trataba de una atracción familiar bastante entretenida. Todo lo que se contaba a través de la megafonía de la barcaza era en inglés (con posibilidad de traducción). Cuando salimos de allí, nos dirigimos hacia un show musical bastante peculiar: el Enchanted Tiki Room. La verdad es que no teníamos claro qué íbamos a ver en aquel lugar. El show de los loros habíamos leído en el mapa, pero no era muy clarificador. Así que tomamos asiento y esperamos a que sucediera algo. De repente, empezó a sonar la música y decenas de animales robotizados comenzaron a hablar y cantar. Es un espectáculo de luz y sonido bastante divertido, aunque quizás pensado para niños y no para adultos. Sin embargo, ya sabíamos que al salir de allí nos íbamos a encontrar una atracción mucho más apropiada para nosotros.

A los pocos metros del show animal nos encontramos al capitán Jack Sparrow, el famoso personaje interpretado por Johnny Depp. En esta ocasión no era él quien lucía sus vestimentas. Estaba claro que nuestra próxima atracción era la famosa Piratas del Caribe, que en su momento era solo una atracción. Después pasó a ser la famosa saga de películas de los estudios Disney. ¿Cómo es por dentro? Básicamente es una atracción de agua. Los visitantes se montan en una barca que surca los interiores de los lugares frecuentados por los piratas. No hay grandes caídas, pero está muy bien ambientada y merece la pena montarse aunque sea una vez.

Desde ahí dimos el salto a Frontierland, en donde pudimos comprobar la grandísima utilidad del Disney’s Fastpass. En primer lugar nos montamos en Splash Mountain, una montaña rusa de agua muy buena. Terminamos tan mojados en la primera caída que el paseo por una zona interior y bien refrigerada casi nos congela; y la segunda caída fue apoteósica, yo no recuerdo haberme mojado tanto en una montaña rusa de agua como en esa.

Ahí la cola fue relativamente corta en comparación con la que sufrimos, nunca mejor dicho, en la siguiente atracción: Big Thunder Mountain Railroad. Creo que estuvimos más de una hora esperando para una atracción de poco más de un minuto. Eso mientras veíamos a todas las personas que tenían el Disney’s Fastpass pasar y pasar. Apenas tardaban 5 minutos en montarse en la atracción. Fue ahí cuando nos dimos cuenta de la necesidad de gastar algo más de dinero en una cosa tan fundamental. Aunque ya era tarde para hacer algo al respecto.

Después de eso, fuimos a comer a un McDonald’s que estaba lleno, no había visto algo así en mi vida. Podía haber fácil 20 cajas atendiendo peticiones y todas llenas; y las mesas a rebosar, las de dentro y las de fuera (donde empezó a llover, para variar). Aproveché para comprarle un regalo a un amigo en la tienda de Piratas del Caribe, que nos quedaba cerca. Nos adentramos en Liberty Square, donde probamos The Haunted Mansion. Es una mansión encantada llena de fantasmas terroríficos que nos permitieron resguardarnos de la lluvia, que iba en aumento.

Después fuimos a Fantasyland, la zona del parque donde más atracciones había y donde, curiosamente, no probamos ninguna. Lo único que hicimos, ante la ingente cantidad de personas que había en la zona, fue darnos un paseo por el Castillo de la Cenicienta. Lo vimos por fuera e hicimos algunas fotografías. Luego nos dirigimos hacia Tomorrowland, el último de los territorios que nos quedaban por ver. Tampoco pudimos ver gran cosa porque la gran atracción que hay allí, Space Mountain, estaba cerrada. El resto de atracciones no nos daba tiempo a verlas.

Después de comprar algunos regalos, nos fuimos hasta Main Street. Allí cogimos un buen sitio para ver la cabalgata «A dream come true», un sueño hecho realidad. Vimos desfilar a los principales personajes de las películas de Walt Disney. Primero aparecieron miembros de algunas bandas musicales típicas de Estados Unidos; luego comenzaron a llegar las carrozas, encabezadas por la que llevaba a Mickey y Minnie Mouse. Después fueron llegando todos los personajes hasta que terminó con la Cenicienta. Después de eso fuimos de nuevo por Main Street pero esta vez viendo las tiendas. Compramos alguna cosilla que aún quedaba pendiente. Salimos ya porque aún nos quedaban casi 3 horas en coche hasta llegar a Boca Ratón. Allí teníamos reservado nuestro hotel para esa noche.

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