Día 2. Camden Town y el Támesis.

Día 2. Camden Town y el Támesis.Día 2. Camden Town y el Támesis. El segundo día en Londres, después de no haber podido dormir prácticamente nada porque uno de los invitados que había en el salón roncaba más que un oso pardo, lo dedicamos a caminar y ver todo lo posible.

Aunque posteriormente me pareció una locura, nos fuimos andando desde Edgware Road hasta Camden Town. Lo lógico habría sido hacer ese recorrido en metro. De todas formas, siempre he pensado que una ciudad se ve mejor en la superficie que no bajo ella. Así que fuimos por Marylebone Road, pasamos por el Madame Tussauds y continuamos hasta llegar a Hampstead Road. Giramos a la izquierda y llegamos hasta Camden High Street.

Continuamos un poco más por esa calle hasta llegar a la parada de metro de Camden Town. A partir de ahí empezó el espectáculo. La verdad es que no pensé que un lugar así pudiera existir en ninguna parte del mundo. Una gran cantidad de gente de todos los tipos y colores poblaban aquella calle llena de casas bajas. No tenían más de 2 plantas de altura y con tiendas de lo más variopinto en sus bajos. ¿Qué se puede comprar? Prácticamente cualquier cosa, pero especialmente ropa, calzado y complementos. Eso sí, hay cosas góticas, hippies, esotéricas, disfraces para fiestas y un largo etcétera.

Yo no me sentí tentado de comprar nada, pero es un lugar muy curioso que merece la pena visitar. Avanzamos hasta llegar a un puente sobre el que pasaban unas vías de tren. Ahí giramos a la izquierda porque seguía habiendo más tiendas. Por allí había un canal como si de Venecia o Amsterdam se tratase. Había algunas embarcaciones amarradas, más tiendas y algunas terrazas donde poder tomar algo.

Una vez terminamos, comenzamos a deshacer el camino que habíamos hecho para ir hasta el Támesis. Bajamos por Hampstead Road y continuamos por Tottenham Road. A nuestra derecha, a no mucha distancia, pudimos ver la Torre de British Telecom. Como no se podía subir, pasamos de largo y continuamos nuestro camino hasta llegar a Charing Cross Road. Terminamos apareciendo, por fin, en Trafalgar Square. Estaban haciendo unas obras de remodelación en la plaza y no se podía caminar libremente. Pero tampoco teníamos mucho tiempo para dedicarle a este lugar tan emblemático de Londres.

Fuimos por Northumberland Avenue hasta llegar a la orilla norte del río Támesis y ver, ya de día, el London Eye, la espectacular noria montada sobre las aguas del río para conmemorar la llegada del nuevo milenio. Giramos a la izquierda y comenzamos a bordear el río por Victoria Embankment. Apenas 5 minutos después de haber comenzado nuestra marcha cerca del río, nos encontramos con uno de los muchos vestigios egipcios que se pueden ver en la capital inglesa: la Agueja de Cleopatra. La verdad es que sorprende encontrar un obelisco egipcio de tanta antigüedad en un sitio tan poco destacado, porque realmente lo encontramos de casualidad, pero es el sitio elegido.

En París, cabe recordar que tienen otro obelisco egipcio situado en plena Plaza de la Concordia. En cualquier caso, proseguimos nuestra marcha junto al río Támesis, aprendiendo, yo al menos, que en caso de largas caminatas es mejor un calzado cómodo y flexible que no uno duro (error que no he vuelto a cometer). Tras algo más de una hora caminando, llegamos hasta el Puente de la Torre de Londres. Es el famoso puente que cruza sobre el Támesis. Pudimos hacer unas cuantas fotos antes de emprender el camino de regreso a casa. Ya habíamos pasado la mayor parte del tiempo andando y estábamos cansados.

Fuimos andando hasta la estación de metro de London Bridge, en la otra orilla del Támesis por la que habíamos llegado. Cogimos la línea negra (Northern) y luego la línea roja (Central) hasta la parada de Holborn. A pesar de que nuestros pies empezaban a echar humo, queríamos ver si tendríamos tiempo de entrar un rato en el British Museum, pero ya era tarde porque cerraban a las 17:30 y habíamos llegado 1 hora tarde. Y como ya no queríamos seguir andando, cogimos un autobús cerca del museo que nos llevara hasta Edgware Road.

Curiosamente, a pesar de tener los pies destrozados, a pesar de haber dormido poco o nada la noche anterior y a pesar de tener que coger un vuelo a las 9 de la mañana del día siguiente, nos arreglamos un poco y decidimos salir con nuestro amigo y parte de los conocidos que tenía en Londres. Apuramos nuestras horas hasta las 3 de la madrugada, momento en el que emprendimos el camino de vuelta, nuevamente, a Edgware Road para coger nuestras maletas y, por suerte para nosotros, andar 5 minutos hasta la para de autobús y coger el bus que nos llevaría hasta el aeropuerto de Gatwick. Una noche sin dormir, una de las pocas veces en mi vida, y fue en Londres.

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