Visitar Praga. La verdad es que Praga está tan bien hecha que se puede visitar perfectamente en dos días. Para ello basta dividir la ciudad en las dos partes, según lo hace el río: Ciudad Vieja y Malá Strana.
En la Ciudad Vieja es donde nos encontraremos con la Praga más bohemia. Esa que se ha reflejado en tantas películas no solo de Hollywood, sino también europeas. Es allí donde encontraremos muchos de los monumentos que caracterizan y dan fama a esta ciudad. Por ejemplo, el Reloj Astronómico y el Cementerio Judío.
En Malá Strana encontraremos mucho colorido y sobre todo el Castillo de Praga y la Catedral de San Vito, además de un lugar excepcional desde el que divisar toda la ciudad.
A caballo entre ambas partes, cruzando sobre el río Moldava, se encuentra el famoso puente de Carlos, un lugar por el que hay que pasar varias veces para poder disfrutarlo como se merece.