La carretera hacia Los Ángeles tiene cientos de puntos donde parar y mirar el paisaje. Es difícil decir dónde sí y dónde no hay que hacerlo. Creo que depende mucho de lo que uno va viendo por el camino. Yo estaba recorriendo la costa de California sin una idea clara de dónde parar. Me estaba dejando llevar.
En mi caso, el primer tramo estaba prácticamente imposible en cuanto a fotos se refiere. Estaba todo nublado, tanto que apenas se veía el océano. En otras partes la niebla era muy densa. Así que fui un poco improvisando. En cuanto el cielo se abría, paraba y tomaba algunas fotos. Tampoco quería parar muchas veces porque el viaje se podía hacer eterno. Tenía una noche de hotel cerca de Bakersfield, en un hotel de carretera. Así que el tiempo empleado en el viaje era importante.
Mucha gente recomienda parar en algunos puentes, o visitar algunas cascadas. El problema es su popularidad y las escasas posibilidades de parar el coche. Yo elegí parar en esos miradores donde apenas había gente. Y creo que lo hice bien. Sabía sin embargo un lugar en el que iba a parar. Se trataba del Elephant Seal Vista Point.
Es muy famoso porque allí habita una colonia de elefantes marinos. Viven en completa libertad y hay facilidades para verlos. Existe un parking y una paseo de madera desde donde poder observarlos. Es una visita casi obligada.
La carretera hacia Los Ángeles seguía hacia el sur pero yo me tenía que desviar. Cogí la carretera 46 y me dirigí hacia Bakersfield. Atravesé enormes plantaciones de árboles, no sé si manzanos. Imaginad una carretera muy larga y muy recta. A ambos lados, árboles y más arboles alineados perfectamente. Y todo eso en una zona casi desértica. Un gran espectáculo, la verdad.
