El Santuario Ikutama y Dotonbori eran mis próximos destinos. Después de haber visitado el Castillo de Osaka, me dirigí caminando hacia el sur. No sé bien por qué elegí visitar el santuario. Hay muchos templos de diferentes creencias en Osaka. Pero fui allí quizás porque no me venía mal de camino a Dotonbori.
Tampoco tenía nada especial, quizás los jardines eran lo más bonito. Me di una vuelta por la zona, vi un cementerio y varios edificios religiosos. Salí de allí y me dirigí hacia el oeste por Sennichimae-dori. De repente, a mi izquierda, vi algo peculiar.
Era una calle estrecha, como las muchas que hay por la zona, pero cubierta con un techo. Luego descubrí que era el mercado de Kuromon. Estaba lleno de comercios de todo tipo y lleno de gente. Caminé por la zona y quedé fascinado. Llegaba hasta Nansan dori Ave, y desde allí me dirigí a la estación de Namba. Di una pequeña vuelta, no vi nada interesante.
De repente, en Ebisu Bashi-Suji comenzaba otra calle cubierta con un techo. Me adentré y comencé a caminar. Crucé el puente Ebisu para salvar el río Dotonbori y seguí caminando. No tenía fin, era una calle muy larga llena de todo tipo de tiendas.
Terminó justo antes de llegar a Nagahori-dori. No sé cuánto había caminado por esa interminable calle. Y todo lleno de gente, especialmente japoneses pero también turistas.
Di por terminada mi visita al Santuario Ikutama y Dotonbori. Me dirigí al hostal parando antes en un par de templos. Tomé algunas fotos y seguí caminando. Ya en el hostal me duché y me puse ropa limpia, que me hacía buena falta. Por la tarde me dieron una mala noticia que evidentemente contaré. Me condicionó ese día y también el siguiente. Y aún me causa dolor.
