De visita por Taipéi se pueden encontrar muchas cosas que ver. Yo no tenía una idea clara de qué ver. Me había encomendado a mi plan A: Angelin. Ella sería la encargada de enseñarme la ciudad. El día anterior había llegado desde Osaka y había dormido bien por la noche. Me duché, desayuné en el hostal y salí a la calle. Tenía una hora antes de encontrarme con mi «guía turística».
Fui a pie al cercano Parque conmemorativo Paz 2-28. Allí, además del parque, estaba situado el National Taiwan Museum. Di una vuelta por el parque, viendo algunos edificios de carácter religioso. Y más tarde me moví hasta el Presidential Office Building. El calor y la humedad apretaban con fuerza. Tenía que volver al hostal porque había quedado allí con Angelin.
Yo llegué a las 10 en punto pero ella se retrasó 10 minutos. Y fue un gusto verla, lo reconozco. No soy una persona a la que le encante socializar pero no me venía mal hablar con alguien. A pesar de que ella estaba aprendiendo español, hablamos siempre en inglés. Y así comenzamos el día de visita por Taipéi.
Cogimos un taxi y fuimos al primer destino. Dihua Street es un lugar muy típico de la capital. No solo la calle, sino también toda la zona, está llena de tiendas. Venden todo tipo de cosas, especialmente comida y recuerdos. Allí fue donde compré el imán para mi madre y unas postales.
También se puede ver algún edificio interesante. Es el caso del Taipei Xiahai City God Temple. Un pequeño templo donde la gente acude a rezar y a hacer ofrendas. Caminamos un rato por la zona y fuimos al metro. La parada de Beimen no quedaba lejos. Desde allí fuimos a Ximen, una zona comercial más moderna de Taipéi.
