Visitar Puerto Princesa es bastante sencillo. En esencia porque no hay muchas cosas que ver. Por la mañana tuve que arreglar unos asuntos del viaje, nada importante. Comí en un restaurante italiano e hice el city tour. Es algo que ofrece cualquier conductor de tuk tuk. Se le paga un dinero y él conduce a los principales puntos turísticos de la ciudad.
Empecé visitando el Palawan Butterfly Ecological Garden and Tribal Village. Es una especie de zoo de pequeñas proporciones donde principalmente hay mariposas. También tienen otros insectos y un tipo de mamífero que no supe reconocer. Por último, había una exhibición de una tribu que vive allí durante unos meses del año.
Desde allí fui a Mitra’s Ranch. Es un pintoresco rancho en una colina. Tiene vistas panorámicas a la ciudad y al mar, tirolina y zona de pícnic. A escasos dos minutos estaba Baker’s Hill, un lugar peculiar. Era una especie de parque con algunos edificios con tiendas. Pero muy ecléctico, una mezcla demasiado rara. También tenían algunas aves como si fuese un zoo. No sé, me pareció muy extraño.
No se puede visitar Puerto Princesa sin ver la Catedral de la Inmaculada Concepción. El edificio estaba al suroeste de la ciudad. Pude verlo por fuera y por dentro, justo estaban celebrando misa. Y desde allí fui al Puerto Princesa City Baywalk Park. Estaba empezando a oscurecer pero se veía perfectamente esa especie de bahía. A la vuelta, desde el tuk tuk vi el Old Public Market. No tenía nada que comprar y no paré.
No había mucho más que ver en Puerto Princesa. Fui al hotel y de ahí salí en busca de un restaurante para cenar. Al día siguiente tenía que salir con destino a San Vicente. Había que preparar la mochila para los siguientes días.
