De Manila a Puerto Princesa había una hora y media de vuelo. Después del vuelo entre Taipéi y Manila, aún me quedaba este segundo. Lo más curioso de todo fue que salimos antes de tiempo. No sé si me había pasado en algún otro vuelo durante mi vida. Empezamos a embarcar media hora antes y salimos con algo de adelanto. En cualquier caso, llegamos casi en la hora prevista a Puerto Princesa.
Lo primero que hice fue cambiar dinero. Todavía tenía euros y dólares, pero necesitaba pesos filipinos. Creo que no me dieron un buen precio, pero no quería esperar. Ya con todo, salí fuera de la terminal y me conecté al wifi del aeropuerto. Lo primero era dar señales de vida a la familia.
Puerto Princesa no es una ciudad especialmente grande. Pero a pesar de eso, es muy bulliciosa y ajetreada. Tiene dos o tres vías principales y están llenas de coches, motos, tuk tuks y autobuses. Hay mucho trasiego durante todo el día, es muy bulliciosa.
De Manila a Puerto Princesa
Me metí dentro de un triciclo, que es como llaman allí al tuk tuk. Básicamente era una moto de baja cilindrada con un añadido en forma de cabina. Ahí es donde iba la gente, normalmente dos personas pero podían meterse más. Y no tenían por qué ser conocidos, a veces se compartía el viaje. Yo fui solo porque el trayecto era bastante breve.
De Manila a Puerto Princesa y de ahí al hotel. Elegí el Mariafe Inn, al sur del aeropuerto de la ciudad. Tenía muy buenas valoraciones y serían 3 noches durmiendo allí. Llegué el 5 de agosto, el 6 era para poner orden, el 7 para ver la ciudad y el 8 para ir al norte. Había llegado por fin a Palawan, tenía muchas ganas de ver la isla.