Voy a Nueva York

Voy a Nueva YorkVoy a Nueva York por segunda vez en mi vida y tengo muchas ganas de ver cómo está la Gran Manzana. Porque cuando estuve en 2004 la ciudad aún se recuperaba de los atentados del 11 de septiembre de 2001. La Zona Cero era un enorme agujero, ¿y en 2019?

Volaba pronto desde Miami, donde había pasado la noche anterior. Así  tendría tiempo de aprovechar el 11 de julio, aunque fuese medio día. Llegué al aeropuerto JFK a la hora prevista y me fui en tren hasta el centro de Manhattan. La salida de la boca de metro (estación compartida) fue apoteósica. Elegí una cerca de mi hostal, el YMCA Vanderbilt. En concreto, la de Lexington Avenue con la calle 53. Allí, encima de mí, estaba el famoso 601 Lexington Avenue, antiguo Citicorp o Citigroup Center.

Para los amantes de los rascacielos, es uno de los edificios más representativos de Manhattan. Y desde allí empecé a perder la vista en la increíble jungla de construcciones de la isla. Daba igual dónde mirara, siempre tenía que echar la vista arriba. Edificios de oficinas, de apartamentos, alguna iglesia. Sobre todo mucha gente yendo y viniendo. Porque es una ciudad increíblemente activa y viva.

Yo iba con mi mochila a cuestas, tenía que hacer algo de tiempo antes del check in en el hotel. Así que miré Google Maps, decidí una pequeña ruta y me puse manos a la obra. Voy a Nueva York a ver todo lo que pueda en solo dos días, pensé. Pero me vi capacitado y sobre todo con ganas e ilusión.

Lo primero era preparar el teléfono móvil para tomar fotos de todo lo que viera. Caminar nunca ha sido un problema para mí, así que me dispuse a ello. Cargué con la mochila y empecé el paseo.

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